Varios países y expertos en derechos humanos han solicitado a Estados Unidos que retire a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo. Esta petición surge en medio de crecientes desafíos económicos y humanitarios que enfrenta la isla.
En 2021, la administración de Donald Trump incluyó a Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo, según Noticias ONU, esto implicó la imposición de restricciones adicionales a la ya complicada situación económica cubana. Estas restricciones han profundizado el aislamiento de Cuba y han complicado sus transacciones financieras internacionales, exacerbando los problemas de la población cubana, especialmente en términos de acceso a alimentos y medicinas.
Expertos de las Naciones Unidas han subrayado que estas medidas son contrarias a los principios fundamentales del derecho internacional, como la igualdad soberana de los Estados y la no intervención en asuntos internos. Además, han resaltado el impacto humanitario adverso que estas restricciones tienen sobre el pueblo cubano, aumentando la inseguridad alimentaria y complicando el acceso a bienes esenciales.
“El gobierno de Estados Unidos debe poner fin a las restricciones impuestas a Cuba”
Influencia de la Situación en Venezuela
La inclusión de Cuba en la lista de patrocinadores del terrorismo no solo afecta la economía de la isla, sino también las relaciones diplomáticas y la vida cotidiana de sus ciudadanos y los miles de cubanos con doble nacionalidad siendo la segunda la Española, quienes se verían mayormente afectados con la revocación de ESTA. Y aunque en el mes de mayo de este mismo año Estados Unidos retirara a Cuba de la lista de Países que No cooperan plenamente en esfuerzos antiterroristas y a la que muchos tenían esperanza que llevara a la retirada de la lista principal: Lista de países que patrocinan el terrorismo, sin duda la presencia de tropas cubanas en Venezuela para reprimir manifestaciones ha generado controversia. Esta participación puede ser vista como un factor que podría influir en la percepción internacional sobre el papel de Cuba en la región.
La decisión final recae en el gobierno de Estados Unidos, que debe equilibrar consideraciones políticas y humanitarias en este delicado escenario.