Días después del intento de magnicidio, durante un discurso en la Convención Nacional Republicana, Trump afirmó que una bala estuvo
«a un cuarto de pulgada»
de costarle la vida. El expresidente describiría el momento justo cuando escuchó un fuerte silbido y sintió un impacto muy fuerte en su oreja. Desde el tiroteo, en el que murió el bombero Corey Comperatore, el candidato republicano ha sido visto con un vendaje blanco alrededor de su oreja derecha, la que fue alcanzada por el disparo del joven de 20 años Thomas Matthew Crooks.
En una audiencia posterior, el presidente del Comité y republicano de Ohio, Jim Jordan, preguntó al director del FBI, Christopher Wray, si se sabía dónde habían terminado las ocho balas disparadas por Crooks.
«Con respecto al expresidente Trump, hay algunas dudas sobre si fue o no una bala o metralla lo que impactó en su oreja»
Wray respondió que no sabía en ese momento si alguna de esas balas, además de la que rozó a Trump, pudo haber caído en otro lugar. También dijo que están trabajando en la investigación para determinar qué fue lo que impactó en la oreja a Trump realmente.
A lo que el expresidente Donal Trump no ha tardado en responder contra el jefe del FBI por cuestionar lo que impactó contra su oreja derecha. El mismo a puesto en duda la imparcialidad Christopher Wray, jefe del servicio de seguridad e inteligencia estadounidense. Trump ha negado las declaraciones sobre la posible herida por metralla planteada por Wray.
«Fue, por desgracia, una bala que golpeó mi oreja, y la golpeó fuerte. No había vidrio, no había metralla. En el hospital lo llamaron ‘herida de bala en la oreja,
y eso es lo que fue. No es de extrañar que el FBI haya perdido la confianza de Estados Unidos»,
ha condenado.